sábado, 21 de septiembre de 2019

Ecuador de Hibiscos, Orquídeas y Colibríes


Cada vez que te dan la noticia de que una vez más te tendrás que trasladar sientes una nostalgia anticipada, por familiares que dejaras de ver tan seguido, amistades que no sabemos si volveremos a ver y la vida común del lugar en donde vives. Uno nunca sabe que nos depara el destino podemos hacer muchos planes, pero en realidad solo tenemos la esperanza de que así pueda ser.

Entre las muchas cosas que iba yo a extrañar de Colorado lo que también me dio pena dejar fueron cosas simples, entre ellas estaban mis plantas favoritas. Mi Hibisco de un amarillo precioso, que me regalaba unas hermosas flores todo el año. Tuve esta planta por mas de 4 años. Recuerdo que lo compré no ni siquiera en un invernadero, sino en el supermercado. Me gustó mucho el color que tenía, las hojas gruesas con un verde muy fuerte y el tallo que ya estaba bien establecido. Ahora era solo cuestión de darle lo que necesitaba, agua, sol y mucho cariño.

Mi Hibisco con ese amarillo precioso.



Llegó a la casa mi hibisco y desde entonces me regalo muchas flores. Recuerdo aquella vez en que tuvo 5 flores al mismo tiempo. ¡Era precioso! Durante los meses de verano lo sacaba al jardín para que tomara el sol todo el día, y a la vez pasara la noche con las otras flores del jardín. Pero durante los meses de invierno volvía a la casa en su ventana especial en donde recibía todo el sol que necesitaba sin pasar el frio, ni recibir la nieve. Típicos de los inviernos en Colorado. Yo sabía que iba a extraña a mi preciosa planta y decidí tenerla en casa hasta la última semana, que fue cuando se lo di a unos amigos para que lo cuidara.

Lo mismo me pasó con mis orquídeas nosotros llegamos a Colorado en marzo y para la navidad un gran amigo nos regaló mi primera orquídea, preciosa de un color fucsia de grandes flores y me llegué a encariñar con esta planta. Creo que nunca antes había tenido orquídeas, siempre tuve la idea de que era difícil de mantenerlas, pero esta vez me gusto mucho. Tanto así que adquirimos 4 orquídeas mas de diferentes colores, tuve orquídeas de color amarillo, blanco, rosado y una orquídea enana que tenia la misma flor y el mismo color de mi primera orquídea. Estas plantas al igual que mi hibisco tuvieron su ventana especial y florecieron mucho durante los años que las tuvimos. Mi mejor amiga en Colorado fue la heredera de mis orquídeas, yo no quise separarlas, de modo que ella recibió las 5 plantas. Y sé que están en buenas manos.

Mi primera Orquídea


Afuera de la casa había muchas flores, plantas y árboles. Aprendí a reconocer el sonido que hacia un picaflor que venía todos los días o quizás tuviera su nido ahí mismo, la verdad eso no lo sé. Pero si me gustaba sentarme en esta ventana con un buen libro y una buena taza de té a esperar verle u oírle. Me alegraba el día el picaflor al igual que mi hibisco y mis orquídeas. Hubo ocasiones en las que de pronto iba a abrir la cortina de cierta ventana y me encontraba que el hibisco ya tenía una flor que era más grande del tamaño de mi mano, entonces era un buen comienzo del día.

El picaflor pasaba por mi ventana por las tardes, raras veces lo escuchaba por la mañana quizás en parte a que yo andaba ocupada con mis quehaceres y no prestaba mucha atención, sino hasta por la tarde cuando estaba mas tranquila tomando un descanso.

Todas estas cosas simples nos llenan la vida, mucho mas que grandes objetos valiosos. La belleza de las flores o el canto de las aves es suficiente para conectarnos con la naturaleza y su simple belleza. Plantas, flores, aves, nos hacen conectarnos con esta vida que de otra manera se basaría solo en la tecnología.

Yo sabía que al venir a Ecuador encontraría quizás nuevas plantas, conocería nuevas aves, todo sería nuevo, pero si me daba nostalgia al saber lo que dejaba atrás.

Pero como es la vida, luego de una semana aquí empezaron las clases en la escuela. Decidimos que era más fácil ir caminando que estar perdiendo tiempo sentados en el trafico sin avanzar mucho. Y el camino que encontramos para nuestra ruta diaria, para mi sorpresa estaba lleno de hibiscos, aún más grandes del que yo dejé en Colorado. De muchos más colores y de varios tamaños. Desde entonces le llamo el caminito de los hibiscos, y me hace mucho bien caminar todos los días por este caminito. Fotos de algunas flores del caminito de los hibiscos.


Caminito de los Hibiscos

Hibisco

Hibisco

También luego de visitar el Jardín botánico de Quito nos venimos a enterar que Ecuador tiene más de 4,032 especies de orquídeas, de las cuales 1,710 son endémicas. He visto orquídeas en venta en el supermercado de varios colores, y de varios tamaños. Pero lo que me va a encantar es poder ver las orquídeas silvestres en las diferentes zonas del Ecuador. Eso si que va a ser fascinante.

Al mismo tiempo que aprendimos sobre las variedades de orquídeas en Ecuador también nos enteramos de la variedad y número que Ecuador tiene de colibríes o picaflores. Son tan diferentes que me encantan. Ecuador cuenta con más de 300 especies de colibríes Y para mi sorpresa el departamento en donde estamos viviendo ahora tiene una ventana en la cocina que da a un pequeño parque. Y cada vez que estoy lavando los platos veo a través de la ventana. A quién me encuentro? sino a los colibríes! No uno como el que veía antes en Colorado, sino tres, de diferentes especies. Me imagino tienen su nido por aquí cerca.  Estas son las pequeñas sorpresas de la vida.

Uno de los libros que me gusta mucho leer, aúnque está en inglés es “Tasha Tudor’s Garden” es fascinante la pasión que tenía ella por las flores y sus jardines. Se los recomiendo. 

Hibisco naranja


This is the Yani way!




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