Cada vez que te dan la noticia de
que una vez más te tendrás que trasladar sientes una nostalgia anticipada, por
familiares que dejaras de ver tan seguido, amistades que no sabemos si volveremos
a ver y la vida común del lugar en donde vives. Uno nunca sabe que nos depara
el destino podemos hacer muchos planes, pero en realidad solo tenemos la
esperanza de que así pueda ser.
Entre las muchas cosas que iba yo a
extrañar de Colorado lo que también me dio pena dejar fueron cosas simples,
entre ellas estaban mis plantas favoritas. Mi Hibisco de un amarillo precioso,
que me regalaba unas hermosas flores todo el año. Tuve esta planta por mas de 4
años. Recuerdo que lo compré no ni siquiera en un invernadero, sino en el
supermercado. Me gustó mucho el color que tenía, las hojas gruesas con un verde
muy fuerte y el tallo que ya estaba bien establecido. Ahora era solo cuestión de
darle lo que necesitaba, agua, sol y mucho cariño.
Mi Hibisco con ese amarillo precioso. |